CONTRACTURAS: qué son, por qué se producen, y cómo tratarlas
- Nexum Osteopatía Integral
- 27 feb 2022
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 4 abr
Las contracturas musculares corresponden a una contracción más o menos duradera e involuntaria de uno o más músculos, acompañada de rigidez y resistente a la movilización pasiva debido a la fibrosis muscular.

Según su fisiopatología, las contracturas se clasifican en tres grupos:
antálgicas (compensadoras), en las que la contractura reduce el dolor
álgicas, en las que el dolor provoca la contractura
análgicas, que corresponden a diversos tipos de contracturas, sobre todo retracciones.
Desde el punto de vista semiológico, las contracturas se dividen en dos grupos:
las contracturas transitorias de aparición variable:
irregulares (calambres),
de esfuerzo (bloqueos metabólicos, enfermedad de Brody,
hipertermia de esfuerzo),
intraanestésicas (hipertermia maligna),
de origen local, osteoarticular o muscular;
las contracturas progresivas o crónicas con los síndromes de
hiperactividad central (síndrome de la persona rígida) o periférica (neuromiotonía),
las retracciones iniciales (enfermedad de Emery-Dreifuss, enfermedad del colágeno VI, columna cervical rígida sobre todo), y las retracciones secundarias (distrofias musculares progresivas).
Por último, se señalan las contracturas neurológicas (espasticidad, tétanos, trastornos somatoformes) y formas diversas de mecanismo incierto. Se señalarán igualmente algunos principios terapéuticos.

Principios terapéuticos generales
Aparte de algunos tratamientos etiológicos o de los tratamientos genéticos que vendrán, el objetivo terapéutico es que el paciente obtenga el mayor tiempo posible en términos de vida física y social mejorada: adquisición de la marcha en un niño, autonomía más o menos bien lograda, control del peso y de la fuerza muscular.
El tratamiento exige la participación de un equipo multidisciplinario de apoyo a los clínicos, formado en particular por psicólogos, rehabilitadores, cirujanos ortopédicos, pediatras (según la edad del paciente), osteópatas y fisioterapeutas. Las ayudas técnicas son necesarias si está afectada la deambulación: silla de ruedas eléctrica, triscooters, mejora constante de las posibilidades.
El ejercicio muscular se incluye en numerosos programas de rehabilitación, excepto, a veces, en las distrofinopatías para evitar una necrosis de las fibras musculares. Sin embargo, si el estado muscular lo permite, el ejercicio muscular e incluso la práctica deportiva pueden ser beneficiosos.
La osteopatía incluye masajes y sobre todo técnicas de estiramiento, tanto activas para prevenir las contracturas si la marcha todavía es posible, como pasivas con evitación del dolor. La movilización pasiva es a menudo muy útil. La balneoterapia es activa, en especial para la contractura artrogripósica.
Las ortesis pueden ser activas para preservar la función muscular en las contracturas congénitas. Son pasivas en caso de ortesis nocturna para prevenir el desarrollo de deformaciones durante el sueño. Cuando las contracturas son fijas, la cirugía es el único método capaz de actuar sobre el músculo o de restaurar la longitud del tendón (diversas tenotomías, cirugía de la cadera y de la rodilla).
Bibliografía
https://sci-hub.se/https://doi.org/10.1016/S1293-2965(11)71051-9
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